Sálvanos, SEÑOR, Dios nuestro;
vuelve a reunirnos de entre las naciones,
para que demos gracias a tu santo nombre
y orgullosos te alabemos.
¡Bendito sea el SEÑOR, el Dios de Israel,
eternamente y para siempre!
¡Que todo el pueblo diga: «Amén»!
¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR!
Psalm 106:47–48