En seguida obligó a sus discípulos a subir en la barca para ir delante de él a Betsaida, en la otra orilla, mientras él despedía a la multitud. Y habiéndose despedido de ellos, se fue al monte a orar. Al caer la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra. Viendo que ellos se fatigaban remando, porque el viento les era contrario, a eso de la cuarta vigilia de la noche, él fue a ellos caminando sobre el mar, y quería pasarlos de
Mark 6:45–52