En otra ocasión Jesús expulsaba de un hombre a un demonio que lo había dejado mudo. Cuando salió el demonio, el mudo habló, y la gente se quedó asombrada. Pero algunos dijeron: «Éste expulsa a los demonios por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios.» Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo.
Como él conocía sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado,
Luke 11:14–22