Pero como ustedes tienen la costumbre de que les suelte a un preso durante la Pascua, ¿quieren que les suelte al “rey de los judíos”?
—¡No, no sueltes a ése; suelta a Barrabás!—volvieron a gritar desaforadamente.
Y Barrabás era un bandido.
Pilato tomó entonces a Jesús y mandó que lo azotaran. Los soldados, que habían tejido una corona de espinas, se la pusieron a Jesús en la cabeza y lo vistieron con un manto de color púrpura.
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John 18:39–19:16