»¡Alaben al SEÑOR porque él es bueno,
y su gran amor perdura para siempre!
Díganle: “¡Sálvanos, oh Dios, Salvador nuestro!
Reúnenos y líbranos de entre los paganos,
y alabaremos tu santo nombre
y nos regocijaremos en tu alabanza.”
¡Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel,
desde siempre y para siempre!»
Y todo el pueblo respondió: «Amén», y alabó al SEÑOR.
1 Chronicles 16:34–36