Se trataba de su primera experiencia como Pastor Titular, había servido como Pastor asociado en una iglesia muy grande por cerca de seis años y había aprendido mucho, pero Dios le tenía preparadas otras circunstancias que le encaminarían cada vez más hacia la madurez. La iglesia estaba atravesando una etapa muy difícil. Económicamente estaba en quiebra, emocionalmente estaba herida y espiritualmente muy necesitada. Era como una ovejita perniquebrada que al principio nos pareció indefensa pero luego