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Yo no pedí ser oro is unavailable, but you can change that!

“Yo no pedí ser oro. Ni siquiera ambicionaba ser plata. Me hubiera conformado con ser un metal sencillo y barato…” Con estas palabras se inicia la paradoja que el libro enseña. Una paradoja en la que el dolor humano y la fe gozosa se entrecruzan en una aparente confrontación que se resuelve felizmente.

algunos la amaron, otros la estrujaron, otros se burlaron de ella y otros se rehusaron a creer que fuera realidad. Ahora recuerdas las veces en que las personas te señalaron como algo especial y hacían que te sonrojaras una y otra vez, una y otra vez. Ahora empiezas a comprender por qué lo recibiste, porque nada tenemos que no hayamos recibido, ni nada somos ni no es por gracia. Sí, ahora empiezas a comprender sus designios, ya estás formada y tienes que empezar a funcionar como bastón, no anhelar erguirte