sino porque es un hombre genuino que ora, que realmente lucha, que trata de vivir en comunión con Dios. Y luego les señalé el correlato de esto, la necesidad de una aguda simpatía con sus semejantes. Usted ya la tiene en cierto grado, de lo contrario no estaría anhelando ayudarlos y elevarlos. Pero se desarrollará en gran medida en su ministerio si usted es un verdadero hombre bondadoso. Deben llegar a conocer íntimamente a su gente, sus luchas, necesidades y penas; sus esperanzas e intereses, deseos