por separado. Había una patente indiferencia entre las dos muy obvia a todos. Ahora Evodia tenía sus prospectas convertidas y Síntique tenía las suyas. Ahora Evodia se sentaba de un lado de la iglesia mientras Síntique se sentaba al otro. Ahora cada mujer se prestaba para criticar y condenar en vez de animar y apreciar la otra. Ahora cada una encontraba muy fácil desconfiar de y oponerse a la otra. Exactamente lo que pasó entre estas mujeres no lo sabemos. Tal vez vino la ruptura porque una pensaba
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