Llamar a esas doctrinas Calvinismo es ponerles un apodo; Calvinismo es el Evangelio y nada más. Yo no creo que podamos predicar el Evangelio, si no predicamos la justificación por fe, sin obras; si no predicamos la soberanía de Dios en Su dispensación de gracia; si no exaltamos el amor de Jehová que elige, que es inmutable, eterno, incambiable y conquistador; tampoco creo que podamos predicar el Evangelio, a menos que lo basemos en la redención particular que Cristo llevó a cabo por Su pueblo elegido;