pero jamás hubiera podido mostrar Su amor hacia nosotros de tal manera como lo hace ahora. En la dádiva de Su unigénito Hijo, Dios muestra Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, en el momento debido Cristo murió por los impíos. El negro fondo del pecado hace resaltar mucho más claramente el fulgor de la línea del amor. Cuando el relámpago escribe con dedos de fuego el nombre del Señor a lo ancho del oscuro rostro de la tempestad, nos vemos forzados a verlo; así también cuando el