Dios; es una locura para él, locura abominable. Sólo tienes que platicar acerca de una doctrina de la Biblia, y se tapa los oídos; ya no desea más tu compañía; es locura. Yo me he encontrado a este caballero muchas veces. Cuando lo vi en una ocasión, me comentó que no creía en ninguna religión; y cuando le dije que yo sí creía, y que tenía la esperanza de ir al cielo al morir, él respondió que se atrevía a decir que eso era muy cómodo, pero que no creía en la religión, y que estaba seguro que era