A fin de evitar un mundo de frustración, invierte mucho en las personas antes de que se conviertan en líderes. Esa es una razón por la que siempre asisto a las reuniones del comité nominador, asumiendo un rol proactivo en las discusiones. Los comités probablemente se aburran con mi discurso de apertura, en el que hablo sobre la filosofía de la iglesia, la forma correcta de seleccionar buenos candidatos y las expectativas de liderazgo. Pero establecer ese trabajo preparatorio, esas bases, nos ayuda