Si los miembros deciden abandonar nuestra iglesia, sin embargo, he llegado a creer que se debe a que ya no soy su pastor. Sea cual fuere la razón, ya no escuchan la voz del Gran Pastor a través de mí, por lo que debo contentarme con que Dios tenga otro lugar para ellos. En mis primeros años de tarea pastoral, cuando alguien dejaba la congregación era dolorosamente terrible para mí. Es probable que la gente se fuera debido a mi inmadurez como líder y mi forma reducida o estrecha de servir. Conozco