quienes, en primer lugar, naufragaron en cuanto a su fe; y en segundo lugar, en efecto fueron excomulgados por el apóstol (a esto se refiere el apóstol cuando dice “a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar”). Así que aquí tenemos no solo una advertencia abstracta sino una advertencia específica y personal acompañada de ejemplos concretos de personas que aparentemente han experimentado una severa caída de la pureza de su fe cristiana. En otro lugar, el propio Pablo habla de golpear