no estamos tan tentados a hacer cosas malas como a intentar hacer cosas que Dios no nos ha pedido que hiciéramos. Sin embargo, si somos sensibles al Espíritu Santo, el Señor nos «detendrá» antes que la situación se nos escape de las manos. Eso es lo que Dios hizo por el rey David. De acuerdo con 2 Samuel 7:4, la palabra del Señor vino a Natán aquella misma noche, para decirle a David que no edificara el templo. Después de esta revelación divina, Natán tuvo que encarar ese momento tan temido por todos