La imagen divina, sea lo que sea, implica necesariamente la idea de personalidad, es decir, razón y voluntad, o inteligencia y libertad. Por estos dones inestimables, el hombre está muy por arriba de los animales, refleja la gloria de su Creador y es capaz de disfrutar de una comunión con él. Con esta concepción y condición primitiva del hombre, la esclavitud o la servidumbre involuntaria y perpetua es incompatible. No tiene lugar en el paraíso. Dios creó al hombre, varón y hembra los creo, y así