la Iglesia Católica Romana dice que la causa instrumental de la justificación es el bautismo. Roma proclama que una persona es justificada al ser bautizada por un sacerdote. En el bautismo, la persona recibe una infusión, un derramamiento de la gracia en el alma. A veces esta gracia se denomina la gracia de la justicia de Cristo o la gracia de la justificación. Cuando esa gracia se infunde en el alma de la persona bautizada, esta entra en un estado de gracia.