En realidad, la gran diferencia entre Dios y el hombre es el ser mismo. Dios es puro ser, un ser que tiene su vida por sí mismo eternamente. Un ser humano es una criatura, un ser cuya existencia misma depende a cada momento del poder del Ser Supremo. El ser de Dios no depende de nada ni se deriva de nada. Él tiene el poder de ser en sí mismo. Cuando los antiguos filósofos hablaban de la existencia, usando la palabra latina que significa “estar fuera de”, estaban diciendo que existir significa estar