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Predicar de oído: Hablar la verdad de Dios de adentro hacia afuera is unavailable, but you can change that!

Predicar de oído se remonta a una era anterior, cuando los sermones se arraigaban dentro del predicador y se trasladaban de una manera natural y poderosa.

“Predicar de oído” es humilde. Significa hablar con menos artificio. Significa decir la verdad de primera mano. Significa compartir el foco con los oyentes. Significa ser sacrificialmente vulnerable. Es arriesgado, sí, pero no busca la gloria. En realidad, se enfoca tanto en los oyentes como en el mensaje, que emerge de un hermoso olvido de uno mismo. Persigue el bien de la congregación más que la posición, el pulimento, el poder o el prestigio. En esta dirección apuntaremos: encontrarnos menos automáticos,