12.2,3 Pablo introduce tres principios guía que distinguen las vías de cómo obra el Espíritu Santo: En primer lugar, el principio del control consciente. A diferencia del paganismo, el poder del Espíritu Santo no conduce a la gente a la realización de acciones compulsivas e incontroladas. Su ministerio de amor, como arrullo de paloma, fortalece la personalidad humana. El Espíritu fortalece, no perturba a la gente. El segundo principio afirma que Cristo es glorificado. Todas las manifestaciones del Espíritu
1 Corinthians 12:3