El método más básico consiste en fijar nuestra atención en el fundamento de nuestro gozo, la fuente de nuestro gozo. Pablo da una de las más prácticas de estas enseñanzas en Filipenses: “Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen en ello” (4:8). Este es un llamado a meditar en las cosas del Señor, a volcar nuestra