“Pertenezco a esta iglesia porque creo que Dios quiere que sirva aquí, para derramar mi vida aquí e incluso sufrir aquí”. Demostraría que no solo interpretamos textos bíblicos. Los escuchamos y los aplicamos. Eso es lo que Dios realmente quiere. Cuando leemos la Biblia, debe y tiene que, si de verdad lo entendemos, transformarnos.