»No conviene que los reyes, oh Lemuel,
no conviene que los reyes se den al vino,
ni que los gobernantes se entreguen al licor,
no sea que al beber se olviden de lo que la ley ordena
y priven de sus derechos a todos los oprimidos.
Dales licor a los que están por morir,
y vino a los amargados;
¡que beban y se olviden de su pobreza!
¡que no vuelvan a acordarse de sus penas!
Proverbs 31:4–7