La serpiente nunca sugiere a Eva que debe comer del fruto, ni mucho menos ejerce alguna presión u obligación sobre ella. Quiere que ella se rebele contra la voluntad explícita de Dios por medio de una decisión propia. Ella le desobedece a Dios, le da a Adán y él también desobedece. El resto de la historia narra las consecuencias de la desobediencia de ellos: la relación entre ellos y Dios está afectada (3:10, 23–24), la relación entre ellos está afectada (3:12, 16), la relación de ellos con el resto