Después de escuchar el informe de su hermano y los hombres de Judá, Nehemías “se sentó, lloró e hizo duelo”. La respuesta de Nehemías indica que es un hombre piadoso que se preocupa profundamente por la reputación y el bienestar del pueblo de Dios, ya que ambos son un reflejo de la propia reputación de Dios. Dichas preocupaciones se hacen evidentes a lo largo del resto del libro cuando Nehemías demuestra su compromiso con la gloria de Dios y el florecimiento
Nehemiah 1:4