embargo, como escribe Dr. Lloyd-Jones, este comportamiento tan deliberadamente auto-destructivo, que es ajeno a cualquier definición médica de la epilepsia, es prueba de una actividad puramente demoníaca. De la misma manera, el doctor reconoció el mérito de otro médico, Lucas, al trazar la línea divisoria entre lo médico y lo demoníaco en Lucas 4:40–41. “La Biblia establece una diferencia clara y científica entre las enfermedades, la posesión demoníaca y la locura”, afirmó. “No hay lugar a dudas.”
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