Solamente debemos ser honestos en nuestro modo de pensar: Quiero que Cristo me enseñe cómo poseer y cómo utilizar mi dinero. Mírale por un momento, sentado frente al arca de la ofrenda, observando a la gente que deposita sus ofrendas. Cuando pensamos sobre el dinero en la iglesia y el cuidado de la colecta, a menudo lo relacionamos con Judas, con algún diácono experimentado o con el tesorero o recaudador de alguna sociedad. Pero fijémonos aquí: Jesús está sentado y observa la ofrenda. Y al hacerlo,