ejemplo, ser motivados por su amor y por causa del mismo responder en su poder al mandamiento que nos da? ¿Resulta demasiado difícil para Dios hacer eso en un vaso rendido a él? En las Escrituras hay un mandato claro que nos ordena amar a Dios. Se lo llama “el primero y grande mandamiento”. El segundo es amar al prójimo. No existe ningún mandato de amarnos a nosotros mismos. El amarse a uno mismo es ser como las personas a las que se hace referencia en 2 Timoteo 3:2–4. En cambio Efesios 5:25 nos
Page 12