carácter de lo que nuestro Señor le ofrece: un regalo gratuito; como también la identidad de Quien se lo puede dar: Jesús mismo, el Mesías. De manera que durante el resto de la conversación Jesús le revela que el agua que Él da resulta en vida eterna (v. 14), y además que Él mismo es el Mesías (v. 26). En segundo lugar, notamos que en el proceso de revelar su identidad, Jesús le hace saber que ella no cumple con los requisitos de un Dios santo: «Él le dijo: Ve, llama a tu marido y ven acá. Respondió
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