El punto es que cuando fracasemos, lo confesemos. Integridad significa que no escondemos nuestros tropiezos, que no actuamos como si no hubiésemos tropezado. Por supuesto, existe un punto dentro de la gama del pecado donde ocurre la descalificación para el líderazgo en la iglesia. Cuando pecamos y podemos vivir con ello, entonces estamos en problemas.