Pero no te propongas alcanzar la fama. Más bien, trabaja duro y ora para que Dios te mantenga fiel. C. S. Lewis escribió: “No puedes obtener las cosas secundarias poniéndolas en primer lugar; solo puedes conseguir las cosas secundarias poniendo las primeras en primer lugar”.2 Si tienes como objetivo la fama por encima de la fidelidad terminarás frustrado e insatisfecho, siempre luchando por hacerte un nombre. Si tu meta es la fidelidad, es posible que junto con ella alcances la fama, pero no te controlará.