La Biblia habla del pastorado en términos de pastorear ovejas (Hechos 20:28; 1 Pe 5:1–3), y el pastoreo no se supone que sea algo glamuroso. La razón por la que el pastoreo es una analogía tan perfecta para el ministerio pastoral es que a menudo es un trabajo duro, no reconocido, que se hace por el bien de quienes nunca lo agradecerán. La Biblia menciona a muchos pastores, pero nombra tan solo a unos pocos. En el fatídico día en que José se convierte en esclavo, está recorriendo los campos de Siquem