Desde una perspectiva humana, puede parecer que hombres y mujeres insignes fueron clave en el progreso humano dentro y fuera de los linderos de la iglesia. Moisés liberó al pueblo de Dios de la esclavitud después que Israel sufrió cuatrocientos años en Egipto. La reina Ester salvó al pueblo de Dios de la aniquilación. Pablo fue catalítico en presentar al cristianismo a la comunidad gentil fuera de Judea hasta convertirlo en un movimiento mundial. Agustín, Martín Lutero, Juan Calvino,
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