muy ingenuamente supusieron que como ahora estaban prestos a obedecer el mandato de Dios, Dios revocaría el juicio que había declarado sobre ellos. Estaban a punto de aprender una difícil lección. La gente abandona a Dios a su antojo, pero deben regresar según las condiciones que Él establece. Josué debió haber observado con una carga profunda en su corazón cómo los humillados sobrevivientes israelitas se retiraban al campamento, completamente derrotados por los amalecitas y los cananeos (Números
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