La verdad es que el hebreo bíblico también tiene muchas formas masculinas que terminan con ן. Antes de que el hebreo y el arameo llegaran a las etapas en las que los conocemos, las formas masculinas y plurales aparentemente se marcaban con ־ ִי. Posteriormente, ambas lenguas agregaron consonantes distintas a este sufijo original. En consecuencia, los sustantivos plurales y masculinos usualmente terminan con ־ ִין en arameo, en contraste con su equivalente ־ ִים en hebreo. Una ן adicional también