Su lenguaje se extendió y eventualmente llegó a ser el idioma en las esferas de gobierno y de la comunicación internacional a lo ancho del Cercano Oriente, a partir del tiempo de los babilonios, quienes destruyeron Jerusalén en el siglo sexto antes de Cristo. Se continuó utilizando ampliamente aún después de la llegada de los griegos hasta la conquista árabe en el siglo séptimo. Al llegar a ese momento, los mismos arameos habían desaparecido hacía mucho tiempo. Curiosamente, los escritos en arameo