la forma predominante, en el elemento fundacional en la vida religiosa del país. No es de extrañar que muchos intérpretes escogieran narrar la historia de la religión en Norteamérica como las historias de las denominaciones individuales.”11 La denominación, a diferencia de las formas tradicionales de la iglesia, no es primariamente confesional ni territorial ni estatal, sino fundamentalmente proposicional. Es decir, la denominación no tiene credos ni territorio ni está ligada a un poder civil, sino
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