y no era un adherente de Lutero. Reflexionando sobre el encarcelamiento de Vergara, el gran humanista español Juan Luis Vives se quejó ante Erasmo en 1534, diciendo: “Vivimos en tiempos tan difíciles que es peligroso hablar o estar en silencio.”9 Otro erasmista fue Alonso Ruíz de Virués, quien languideció en prisión por cuatro años a pesar de la intervención de Carlos V, de quien era su predicador favorito. Virués fue encontrado culpable de “luteranismo” por la Inquisición en 1538. Carlos V tuvo
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