A Dios le molesta mucho cuando pasamos tiempo de manera inapropiada con el mundo. ¿Por qué? Porque fuimos creados para darle toda la gloria a él, para encontrar nuestra más profunda satisfacción en él. En la ley él se propone decirnos: ¡Soy el número uno, y punto! Ustedes serán destruidos si no están de acuerdo conmigo. Esa clase de expresiones desalienta a la gente. Pero es preciso decirlo de esa manera para alertar a algunas personas para que se den cuenta de lo carnales y centrados en sí mismos