Uno de los regalos más hermosos que Dios nos ha dado es su Palabra, la Biblia. Este es un obsequio sumamente preciado, envuelto en la gloria y el sacrificio de su Hijo, y entregado en nuestras manos por el poder y el ministerio de su Espíritu; la familia de Dios la ha preservado y protegido durante siglos como herencia familiar. Promete ser el don que sigue dándose, porque el Dador que se revela en ella es inagotable en su amor y en su gracia. Lo trágico es, sin embargo, que cada vez son menos las