«porque el obrero es digno de su sustento».67 En otras palabras: que este nuevo servicio del Templo sea vuestro único pensamiento, empresa y solicitud.68 Pero, por muchas precauciones que se tomaran, era imposible preservar absolutamente el santuario de profanación. Para la profanación voluntariosa, arrogante, consciente, fuera con referencia al Templo o a Dios, la ley no parece haber provisto ninguna expiación ni ofrenda. A esto alude la Epístola a los Hebreos en el bien
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