El hombre fue creado perfecto, y fue colocado en un mundo perfecto en el que todas las cosas estaban en perfecto orden, toda la creación era como el libro del ser humano, en el que podía leer la naturaleza y voluntad de su gran Creador. Todas las criaturas tenían el nombre de Dios grabado de forma tan legible, que el hombre podía leerlo. No podía abrir sus ojos sin ver alguna imagen de Dios, pero en ningún lugar podía verla tan completa y con tanta vida como en sí mismo. Por tanto, su trabajo era