El Espíritu Santo es la persona que opera la sanidad, si en verdad se trata de sanidad divina. En Romanos 8:11 leemos: «Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros». Esto se refiere, como el texto y el contexto (vv. 20–23) confirman claramente, a la futura resurrección de nuestro cuerpo por el Espíritu Santo y no solo a nuestra sanidad actual.