La unción era un acto de dedicación o consagración. «Y roció de él sobre el altar siete veces, y ungió el altar y todos sus utensilios, y la fuente y su base, para santificarlos. Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo». En estos versículos resulta evidente (y sería igual de evidente en muchos otros si tuviéramos tiempo para citarlos) que el ungimiento «con aceite en el nombre del Señor» era un acto de dedicación y consagración, implicando de parte