la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar» (Is. 11:6–9). Admito que esto deja grandes preguntas sin respuesta: decir que la desavenencia actual en la Creación es causa del juicio de Dios significa que el sufrimiento y el dolor que dimanan de esa desavenencia proceden en definitiva del Juez eterno. Debemos reconocer, entonces,
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