María “sobresale entre los humildes y los pobres del Señor, que esperan de él con confianza la salvación y la acogen. Finalmente, con ella, excelsa Hija de Sión, después de la larga espera de la promesa, se cumple el plazo y se inaugura el nuevo plan de salvación”.127 490† Para ser la Madre del Salvador, María fue “dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante”128 El ángel Gabriel en el momento de la anunciación la saluda como “llena de gracia” (Lc 1:28).
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