también de aliviar el sufrimiento, de enderezar lo torcido, y por tanto, de hacer cumplir la voluntad de Dios. Además, según veremos en los próximos capítulos de Hechos, las «señales y maravillas» que los apóstoles hacen, no siempre les resuelven los problemas, sino todo lo contrario. Son precisamente esas señales y maravillas las que les crean dificultades y hasta persecución. En todo caso, lo importante aquí es que una de las señales de la dádiva del Espíritu es la perseverancia de los creyentes
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