grupo es la paciencia. Ella caracteriza a la persona que, en relación con quienes le vejan, molestan o se le oponen, ejerce la paciencia. El tal rehusa someterse a la pasión o a las explosiones de ira. La paciencia o la longanimidad no sólo es un atributo humano, sino también divino, ya que se atribuye tanto a Dios (Ro. 2:4; 9:22) y a Cristo (1 Ti. 1:16) como al hombre (2 Co. 6:6; Ef. 4:2; Col. 3:12; 2 Ti. 4:2). Como atributo humano, es inspirado por la confianza en que Dios cumplirá sus promesas
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