Sin embargo, el quebrantamiento y la humildad son la puerta al paraíso, de hecho, son el camino al paraíso. En esta vida, jamás dejaremos de necesitar nuevas experiencias de quebrantamiento y humildad debido a nuestra pecaminosidad. Ahora bien, Pablo se percata de la resistencia y los obstáculos que se le oponen en Romanos a medida que trata de ayudar a sus lectores a ver la profundidad y universalidad del pecado. Recuerden, él está señalando a Romanos 3:9, “¿Qué, pues? ¿Somos nosotros [los judíos]